Spring break, chupando piedras por Utah

Es mentira. No chupé piedras. Aunque vi muchas. Seré una friki pero según iba viendo las diferentes formaciones de los parques también recordaba las clases de geología de secundaria, y me di cuenta de que en realidad me gustaban, aunque esto da igual. Es tema aparte.

Para el spring break, mi host family me presentó tres opciones: un viaje por la parte suroeste de Canadá (la que tiene frontera con Washington), irnos con sus quads de camping (como habíamos hecho en Thanksgiving) o ver The Mighty 5 of Utah (cinco parques nacionales) en estilo road trip. Por el título de la entrada podéis adivinar qué salió en la votación familiar.

El plan era coger el sábado 18 un tren que salía de la estación Martínez a las 9:54am (aquí es donde mi señor host abuelo me preguntó que si me había montado en tren en España alguna vez o que si teníamos este tipo de transporte. En realidad me acuerdo de esta pregunta porque me decidí a recordar la mayoría de preguntas absurdas que me hacían a lo largo del curso como si teníamos microondas o que si iba a caballo a clase). Era un trayecto de 16h y no teníamos camas, solo sillones. Las vistas eran muy bonitas y, de todos modos, durante todo el viaje nuestro pasatiempo principal fue jugar a las cartas y hacer fotos. Llegamos a las 3:50am a Salt Lake City, Utah (diferente zona horaria) y fuimos directamente al hotel. Cansados, nos levantamos al día siguiente con ir a Yellowstone como plan (hasta que indagamos un poco y descubrimos que estaba cerrado por nieve), por lo que fuimos a Denny’s a desayunar y recogimos el coche alquilado para el resto del viaje.

Empezamos nuestra ruta por el sur del estado. Llegamos al hotel, fuimos directamente a la zona de jacuzzis y piscinas, jugamos a las cartas y nos dormimos. El día siguiente iba a ser largo: nos levantamos a las 7:30, desayunamos, y nos fuimos. Teníamos un tour en Jeep contratado por el parque Zion (la parte más alta y llana) que fue increíble. Cuando terminamos, pasamos a través del parque, aunque esta vez por la parte baja (no paramos porque no sabíamos si podíamos, por desgracia) y marchamos dirección Bryce Canyon, que también era precioso. Vimos un poco por la tarde y nos gustó tanto que volvimos la mañana siguiente para ver amanecer (increíble). El plan del día consistía en recorrer las 3 millas para ver el fondo del cañón (increíble x2). Puedo decir con seguridad que este parque (formado por Chimeneas de Hadas (gracias @Dani biólogo)) fue mi favorito y el que más disfruté. Ese día fue completito, una vez terminada la ruta cogimos el coche: próximo destino Capitol Reef. A medio camino paramos y como nos sentíamos con energía, decidimos hacer otra ruta (ésta era solo de 1,7 millas), llamada Hickman Bridge Hike. Las vistas desde arriba eran muy muy bonitas. Después de un día tan movido, fuimos al hotel y caímos rendidos.

El miércoles (22 de marzo) visitamos el parque Arches, cuya principal atracción eran, como su propio nombre indica, los arcos. El parque no era muy grande, por lo que cuando acabamos fuimos a comer a un mexicano muy muy cute. De nuevo y como cada día, nos dirigimos al nuevo hotel (en Moab) y yo decidí ir a dar una vuelta por el centro y así comprar algunos souvenirs puesto que tampoco tenía muchos. Recuerdo que me sorprendió bastante que me dejaran ir, y más yo sola. No lo he comentado creo, pero mi host family apenas me dejaba ir sola a ningún sitio, aún menos sin decirme cuándo debía estar de vuelta y AÚN menos si estaba anocheciendo como era el caso. Por lo que también recuerdo sentirme algo libre e independiente después de tanto tiempo sin poder hacerlo realmente. Ya más tarde nos fuimos todos a un diner (típico sitio de hamburguesas de las películas) a tomarnos un helado que por cierto era enorme.

El jueves fue emocionante, la verdad. Ese día alquilamos unos racers (muy típicos y por los cuales Moab es conocido) y fuimos de ruta (guiada). Acabamos en la cima de un pequeño cañón (desde el cual admiramos el río que atraviesa el Gran Cañón de Colorado). Las vistas eran fantásticas.

Nuestra siguiente parada era el último parque: Canyonlands. Este lo atravesamos por el fondo con el coche mientras veíamos las diferentes formaciones geológicas. Por la tarde ya nos dirigimos de vuelta al norte (a Provo más concretamente), donde pasaríamos la noche, aunque no sin antes cenar en un steak house y jugar a las cartas.

El viernes (24) fuimos a Park City, una pequeña ciudad de Utah cerca de Salt Lake City, famosa por su área de compras (bien cara aunque lujosilla) y por las pistas de esquí y snow. Nos dimos unas vueltas por las tiendas, comimos y volvimos para ver la peli de Fight Club, la cual yo ni siquiera recuerdo, así que puede que me durmiera. Por último ya cenamos y a dormir. El sábado nos lo tomamos un poco más de relax: menuda semana intensa llevábamos. Por la mañana fuimos a Provo Beach, un establecimiento de recreativos y juegos y actividades (mini-golf, parque de tirolinas, bolos…) donde Connor y yo pasamos la mañana picándonos el uno al otro. Después de esto fuimos a un centro comercial en Salt Lake City (era enorme y muy bonito), donde yo había quedado con una antigua amiga con la que fui a clase antes de que se mudara a Utah (hola Andrea). Comimos juntas (Chick Fil A) y nos dimos una vuelta. Fue muy guay reencontrarme con ella. A continuación, cuando ya se tenía que ir, quedé con mi host family y fuimos al cine (a ver La Bella y La Bestia, que nos encantó).

Ya habíamos traído todo con nosotros, así que nos montamos en un taxi (tras dejar el coche que habíamos alquilado) y fuimos a la estación de tren, que salía por la noche. Dormimos en él hasta el amanecer (nos despertó la abuela para que lo viéramos, tenía unos colores preciosos) y ya nos pasamos el resto del viaje jugando a las cartas.

Por fin llegamos a la estación de Martínez, donde nos recogió el abuelo. Nos fuimos a casa y una vez habíamos colocado todo lo del viaje, no hicimos nada más de lo cansadísimos que estábamos.

[…]

El viaje, como habréis podido comprobar, fue un no parar. El resto de las vacaciones también lo fueron. Soy una tardona y voy a mi bola, pero algún día terminaré el blog. Lo prometo.

Y algún otro día organizaré el formato ordenador y subiré más fotos, me he vuelto más tiquismiquis con todo esto jeje.

2 comentarios en “Spring break, chupando piedras por Utah

  1. Hola mi niña, como me gusta volver a leerte, es la mejor forma de seguir tu trayectoria en la vida, aunque ya sabes que yo en inglés estoy “in off”, pero reconozco que el inglés es importantísimo, se me atravesó hace muchos años y ahora que tengo tiempo, ya no tengo cabeza ¡no me acuerdo lo que comí ayer!
    Bueno, chascarrillos aparte, solo decirte que me encanta que sigas contándonos tus experiencias en tu primer curso de bachillerato en EEUU, un beso muy gordo, ya sabes que te quiero un montón.😍😍❤️

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